La literatura contemporánea latinoamericana ha dado voz a historias de amor, identidad y deseo que han sido silenciadas por mucho tiempo. El deseo es un piano invisible, de Gisela Kozak Rovero, se inscribe en esa tradición con una colección de relatos que entrelazan la música, la pasión y la experiencia de ser mujer en un mundo de reglas impuestas.
El título del libro sugiere una metáfora potente: el deseo como un piano invisible, algo que se siente y resuena en el interior, pero que muchas veces no puede verse ni expresarse con facilidad. Como en una composición musical, la obra está dividida en secciones que evocan ritmos y emociones, desde la Obertura hasta el Capricho, pasando por piezas como Fuga, Contradanza y Polifonía. Este uso de términos musicales no es solo un capricho estilístico, sino una estructura que define el tono del libro: una sinfonía de vivencias, conflictos y pasiones.
Los cuentos de Kozak Rovero presentan una serie de personajes que viven relaciones marcadas por la intensidad emocional, el deseo no siempre correspondido y las contradicciones de la vida moderna. Cada historia tiene su propia voz, pero todas se unen bajo un hilo conductor: la exploración del amor en sus múltiples formas, especialmente desde una perspectiva femenina y queer.
Uno de los relatos más emblemáticos es «Para piano y orquesta», donde el amor y el desamor se tejen en un bar caraqueño. La protagonista, Lyrissa, experimenta un beso que se siente extraño, fuera de lugar, en un ambiente donde la política y la fiesta se entremezclan con la atracción y la decepción. Es un retrato de las complejidades del deseo, donde las emociones no siempre encuentran el momento ni el espacio adecuado para manifestarse plenamente.
«En Redoble», el conflicto entre identidad, orientación sexual y el deber se hace presente en la vida de María Laura, una joven militar que lucha con sus sentimientos y el peso de las normas impuestas por la sociedad y la familia. Este cuento resuena con las tensiones de una Venezuela donde la tradición y la modernidad chocan constantemente.
Por otro lado, «Intermedio» nos sumerge en la pasión entre una joven estudiante y su profesora de Letras, explorando los límites del poder, la admiración y el amor. La historia no solo trata sobre el deseo, sino también sobre la desigualdad generacional y las decisiones que se toman en la juventud sin prever sus consecuencias a largo plazo.
Aunque el libro tiene una fuerte carga erótica y romántica, también es una crítica sutil a las estructuras sociales que condicionan las relaciones humanas. La migración, la represión sexual, el machismo y la lucha por la identidad son temas que aparecen en los relatos, convirtiéndolos en más que simples historias de amor.
El cuento «El silencio» aborda la separación y el exilio forzado por la crisis venezolana. La protagonista debe despedirse de su pareja en el aeropuerto, una escena que se ha vuelto habitual para muchas personas que han tenido que dejar su país en busca de un futuro mejor. Esta historia refleja el dolor de la distancia y el impacto emocional de las migraciones forzadas.
En «Canto roto», la violencia dentro de las relaciones de pareja se hace evidente. Aquí, el amor y el abuso se entrelazan de una manera que desafía la noción romántica de la pasión, exponiendo las dinámicas de poder y dominación que pueden existir en cualquier relación.
El deseo es un piano invisible es un libro que se siente como una sinfonía de emociones humanas. A través de sus relatos, Gisela Kozak Rovero construye un espacio donde el amor, el deseo y la identidad pueden explorarse sin restricciones. Sus personajes, llenos de matices y contradicciones, nos recuerdan que la vida no es una melodía simple, sino una composición compleja donde cada nota cuenta.
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