Hay libros que son muchos libros. Han nacido como resultado de una propuesta múltiple por parte de su creador. Su alma mestiza es lo que dota de diversos matices a las historias que contienen y, en esa misma variedad, la obra muestra un discurso metaliterario, un guiño que exige tomarse en cuenta para degustar completamente lo que en las páginas se expone. En este tipo de libros es en los que se inserta La derrota de lo real (Suburbano Ediciones, 2017), donde su autor, Pablo Brescia, teje una propuesta a partir de su conocimiento como humanista, lo que hace que el texto se acerque a diferentes cartografías literarias.
El libro de cuentos se encuentra integrado por cuatro capítulos con personalidad propia cada una de ellas: “Maneras de estar muerto”, “El resto es literatura”, “Sin moraleja” y “Bonus track”. La primera de las piezas, compuesta a su vez por seis relatos, descansa sobre la tradición oral. Los cuentos “Takj”, “Nada personal”, “Las que lloran” y “Fidelidad” deambulan por ese territorio siempre fértil de las historias libres, aquellas que se encuentra más allá de la palabra escrita, para formar identidades comunitarias, nutrir mitologías o educar desde el arte. Las de Brescia son narraciones con tintes místicos en los que se enfrenta la verosimilitud de la realidad con la realidad de la ficción. Desde estos dos afluentes vemos la creación de civilizaciones, la imbricación de culturas y la inhumanidad de las fronteras.
En “El resto es literatura” el autor nos coloca del otro lado de la palabra. Acá no sólo se trata de la literatura escrita, sino que además juega con la institucionalización literaria. Así lo muestra el primero de los relatos de esta segunda sección: “Pequeño Larousse de escritores idiotas”. Desde el título existe una crítica a la tradición literaria que, en muchas ocasiones, se establece como un cementerio de nombres importantes cuya preservación de la obra responde más a intereses extraliterarios que a su calidad artística. Los otros cuentos que componen el capítulo exploran tonos, situaciones y formas de presentación donde Brescia muestra conocimiento del oficio.
Sin embargo, los mejores cuentos de La derrota de lo real son los que se enmarcan en “Sin moraleja”. Se trata de historias donde la ciencia ficción y el absurdo se mezclan con el racismo y la tecnología. Todo ello, montado sobre situaciones llevadas al extremo y personajes con una complejidad destacable que, reflejada en sus acciones, alimenta a cada una de las narraciones.
En la misma tónica se encuentra “El valor de la poesía” que se presenta como el “Bonus track” del libro. Con una ironía subyacente, el texto vuelve al gran cuestionamiento sobre lo que vale la poesía en tiempos del libre mercado, cuando cualquier rasgo humano, por mínimo que parezca, está sometido a la asfixia económica. ¿Cómo vivir de la poesía? ¿La poesía sirve de algo? ¿Puede un verso cambiar la vida o, por lo menos, darnos consuelo por unos minutos? Todas esas preguntas del cuento alcanzan al libro entero. Cuestionamientos y respuestas que, como lo sugiere Brescia, pretenden derrotar esta podrida, mutilada y cada vez más autista realidad del siglo XXI.
Xalbador García (México), es Doctor en Literatura Hispanoamericana, escritor y periodista mexicano. Es autor de Leopoldo María Panero o las Máscaras del Tarot (2017), Paredón Nocturno (UAEM, 2004) y La isla de Ulises (Porrúa, 2014), y coautor de El complot anticanónico. Ensayos sobre Rafael Bernal (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2015). Ha publicado las ediciones críticas de El campeón, de Antonio M. Abad (Instituto Cervantes, 2013); Los raros. 1896, de Rubén Darío (Colsan, 2013) y La bohemia de la muerte, de Julio Sesto (Colsan, 2015).
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